Ismael Rodrigo, azote de los ayuntamientos que pretenden imponer la vestimenta

 

Contraportada El Mundo, Valladolid, domingo 15 de junio de 2014.

 

Ismael Rodrigo Presidente de la Federación Española de Naturismo, Químico de formación y ‘freelance’ de la informática, este vallisoletano es desde hace diez años la voz del derecho al nudismo y el azote de los ayuntamientos que pretenden imponer la vestimenta.

 

 ismaelrodrigoelmundo2014

Foto de Ismael Rodrigo en la Playa de Valladolid,

por: Miguel Ángel Santos

 

«Los jóvenes no aceptarán su cuerpo si sólo conocen los desnudos irreales de modelos»

 

ESTHER NEILA

 

Acordamos que pose desnudo para la foto y él también lo prefiere.

 

«¿Me voy vistiendo para la ocasión?», pregunta mientras se desabrocha los vaqueros.

 

Eso sí, conseguimos que se ponga un gorro y una bufanda.

 

«Así nadie puede decir que esté desnudo», bromea intentando burlar la llamada ‘ordenanza antivandalismo’.

 

P.– ¿Por qué reniega del bañador?

 

R.– Porque no sirve para lo que su nombre indica: es inútil, conserva la humedad y es antihigiénico. Es una aberración, por eso nadie se lo pone para ducharse en casa.

 

P.– Sirve para tapar las ‘vergüenzas’...

 

R.– Eso es algo subjetivo: en una sociedad islámica las ‘vergüenzas’ son todo el cuerpo. Aquí el bañador se tendría que haber superado ya. O al menos, permitir que lo use quien quiera, sin obligar a nadie. La mayoría de la gente se lo pone porque no se ha planteado otra posibilidad. No hay una razón, sólo una costumbre.

 

P.– Entonces, ¿no hay bañadores en su fondo de armario?

 

R.–Sí que tengo, para ir a la piscina.

 

P.– Pero no hará ‘operación biquini’, claro.

 

R.– Desde luego que no. Además es que el bikini y el bañador resaltan los michelines. Si te lo quitas, la curva es más suave y parece que no tienes barriga. Salvo que ésta sea descomunal.

 

P.– ¿Alguna vez le robaron la ropa en la playa?

 

R.– Sí, en Punta Umbría.

 

P.– ¿Y qué hizo?

 

R.– Me tocó ir desnudo a la Guardia Civil. Hasta que se les pasó la risa...

 

P.– ¿Entonces ya era presidente?

 

R.– No, fue antes. Dejamos la ropa dentro del coche y nos robaron. Nos dejaron literalmente en pelotas. ¡Pero no se llevaron las entradas para ver el concierto de Spandau Ballet!

 

P.– ¿Y no le multarían, no?

 

R.– No. La Guardia Civil suele estar muy bien informada. De hecho, a veces te protege de los municipales.

 

P.– ¿Alguna persona a la que ‘vista’ con la mirada?

 

R.– Admito a todo el mundo como es. Ni visto ni desnudo a nadie. Ni siquiera a mi mujer, porque, salvo en invierno, estamos desnudos en casa.

 

P.– Anda, ¿no se hacen striptease?

 

R.– Los podríamos hacer al revés: poniéndonos ropa.

 

P.– ¿Por qué no va desnudo por la calle?

 

R.– En Valladolid me multarían con la actual ordenanza, modificada por el Tribunal Superior de Justicia y cuya sentencia hemos recurrido al Supremo para pedir que se elimine esa prohibición. Pero tampoco se trata de ir desnudo porque sí. La ropa es útil y nos protege del sol, del frío, de la suciedad en las ciudades... Nuestra propuesta no consiste en no usar ropa, sino en usarla sólo cuando haga falta, no compulsivamente.

 

P.– Imagine que se encuentra con el alcalde haciendo nudismo en una playa. ¿Qué le diría?

 

R.– Pues no sé, ¿por qué le voy a decir algo? A lo mejor le haría una foto, ja, ja.

 

P.– ¿Para chantajearle luego?

 

R.– No, para hacer promoción: ‘todo el mundo hace naturismo, incluido el alcalde’. A ver, si le pillara en una bunga-bunga party de Berlusconi, pues le haría una putada, pero en una playa... demostraría que es una persona abierta que ha sido capaz de dar ese paso mental.

 

P.– ¿Qué hacemos con los mirones?

 

R.– El mirón es una patología que deriva de la prohibición. También los habría cuando se generalizó el biquini, el topless o la minifalda, pero todo se supera con la normalidad.

 

P.– Ahora que abundan los móviles con cámara, ¿no es peligroso exponerse en lugares públicos?

 

R.– Lo es mientras culturalmente no esté aceptado. A mi no me importa que me hagan una foto desnudo. De hecho, me importa que me la hagan vestido, porque luego la gente me dice: ‘oye, qué hacías tú vestido el otro día...’. Si estoy en un entorno natural con los amigos y alguien propone hacer una foto, yo digo: no, espera, que me quito la ropa. ¡No se te ocurra hacerme una foto vestido, que tengo un prestigio!

 

P.– ¿No se le van los ojos si ve a una mujer atractiva desnuda?

 

R.– Igual que si estuviera vestida. De hecho, la ropa cumple una función erótica.

 

P.–Porque insinua sin mostrar…

 

R.– Exactamente. Por eso existe la ropa interior de encaje. La desnudez natural disminuye el erotismo.

 

P.–¿Estamos igual de habituados a la desnudez femenina que a la masculina?

 

R.–Es más admisible el desnudo de la mujer, pero siempre al servicio del hombre. Y sólo si cumple los estándares de belleza. Mucha gente dice: ¡pero qué hace esa señora anciana ahí con las tetas caídas y la piel arrugada desnuda en la playa! Si fuera una chica guapa no tendrían inconveniente, claro. Además, hemos erotizado culturalmente las mamas. Si un hombre se quita la camiseta no plantea ningún problema. Si se la quita una mujer, se montaría un buen follón. Y eso que algunos hombres tienen más pecho que ellas.

Quizá las mujeres aún no han descubierto el naturismo para reclamar la igualdad.

P.– Alguna playas son nudistas, otras no. Verdadero o falso.

 

R.– Falso. Todas son libres salvo que se diga lo contrario.

 

P.– En España la desnudez en la vía pública está tipificada como un delito de ‘escándalo público’.

 

R.– Falso. Ese delito se abolió en el año 88 del Código Penal.

 

P.– Otra: hay que evitar desnudos en horario infantil.

 

R.– Es al revés. Hay que proteger a los niños de la fobia a la desnudez. De lo contrario sólo ven los desnudos de los modelos, perfectos pero irreales, y eso les conduce luego a no aceptar su propio cuerpo, les crea complejos. Así lo reconocen los psicólogos. O todos menos aquellos vinculados a sectas o al Opus, pero esos defienden una posición ideológica, no científica. Las chicas ahora desde pequeñas ya quieren ponerse o quitarse tetas. Y los chicos creen que tienen el pene pequeño porque sólo ven los de tamaño descomunal que salen en una peli porno.

 

P.– ¿El pudor social es consecuencia de la moralidad cristiana ?

 

R.– La fe cristiana impregna nuestra sociedad, pero si lees los Evangelios no encontrarás nada en contra de la desnudez. Se supone que Cristo no murió con un trapito, sino totalmente desnudo en la cruz. Hasta hace no tanto la gente se bañaba desnuda en el río del pueblo. Mi abuela me contaba que ella incluso daba de mamar en la iglesia. Y ahora hay que esconderse en todos los sitios porque parece que queda mal.

 

P.– De niño, ¿veía las películas del destape?

 

R.–Creo que no me dejaban mis padres.

 

P.–¿Y le decían aquello de ‘vísteme despacio que tengo prisa’?

 

R.– No. Lo que si nos dicen los padres es ‘marrano, vístete’. Y terminas por identificar una cosa con otra. P.– En Castilla y León no hay muchas zonas de tradición nudista.

 

R.– Es la región más despoblada, así que vayas donde vayas no hay ningún problema. En Soria yo he ido desnudo en la bici todo el día y no me he encontrado a nadie.

 

P.– Para terminar, recomiéndenos una playa para estos días de calor.

 

R.– Pues por aquí cerca me gusta es la de Covachos, en Cantabria, que en marea baja hace casi un círculo. Y además no hay cobertura.

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